Samstag, Februar 21, 2009

Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila.

Parada: Barranco del Moro. Esta zona se quemó repetidas veces, en los años 90, pero aun asi, la vegetacion se recuperó. Aun quedan algunos ejemplares quemados, pero el aspecto de la zona hace que debamos fijarnos para darnos cuenta. De hecho, en algunos sitios, tras los incendios, la densidad de Pinus es tres veces superior a la que habia antes del incendio.


Tetraclinis articulata. Esta especie, como otras del matorral (aulagas, acebulle, lentisco...) es rebrotadora, ya sea a partir de ramas, tronco, o como esta, el lignotuberculo. Muy pocos murieron en los incendios, rebrotando los demás.



Vista hacia el Mar Menor. Se aprecian los pinares de Pinus halepensis a izquierda y derecha, alguno bastante denso. Los pinos son especies pirófitas, que aprovechan el calor del fuego para abrir sus piñas y dispersar las semillas, por lo que se ven favorecidos por los incendios. El crecimiento de estos, llega a ahogar a otras especies.

Leptosol nudilitico con Thymus en los bolsones dejados en la roca.



Vista de Portman.




Calicotome intermedia.

Ejemplar de orquídea, que crece en los claros de matorral.



Pinus halepensis, entre los que se pueden ver algunos ejemplares de Tetraclinis, de color más oscuro, y forma cónica cuando son jóvenes.


Un nido de araña, esta extrañamente social: vive en grupos, aunque normalmente es un bicho solitario


Marcas de conejo: señales de haber cavado en la zona, y "restos orgánicos"

Parada 2. Calblanque. De camino hacia la costa encontramos, junto al centro de interpretacion, un cambrón con un liquen epifito. Ya decia yo que esta planta no tenia las flores amarillas...

Lycium intricatum
con liquen epifito.

Vista de Calblanque

Launeae arborescens


Vista hacia el mar menor, donde podemos ver distintos parches dentro del mosaico, desde la zona mas cercana a la costa, antropizada y con cultivos bajo plástico, a los cultivos sin plastico, pasando por el tomillar de color más pardo en esta época, hasta los matorrales del primer plano, con presencia de Palmitos, cornicales (Periploca angustifolia), esparto (Stipa tenacissima)...
Las fronteras entre hábitats son asimétricas, pues las especies de la estepa mediterránea tienen más dificultades que las ubicuas asociadas a hábitats antropizados para atravesarla. Aun así, el Parque presenta un gran interés ecológico y una gran diversidad, tanto geológica, como de flora y fauna.


Sobre el sustrato de filitas podemos encontrar las rosetas basales del Limonium. El sustrato es rico en hierro (como se ve por los colores rojizos) y otros metales que pueden ser tóxicos pero que estas plantas pueden extraer y metabolizar. La cercana Peña del Águila, sin embargo, es calcárea.


Vista de las salinas del Rasall. En este caso los ecosistemas son otros: tenemos una duna fosil que ha dado lugar a unas areniscas, ya pobladas de vegetación; un arenal a su lado, y conforme nos acercamos a la sierra, tambien una zona de cultivo abandonada, que deja paso al ascender a los matorrales (Calicotome, Chamaerops, Periploca...) y vegetación de roquedo. En este caso las fronteras entre los distintos ambientes no son tan disimétricas, y están tambien condicionadas por la cercanía a la zona salina con vegetación halófila, con Arthrocnemum, Sarcocornia. etc. En las salinas, antiguas lagunas que fueron aisladas del mar por el arrastre de sedimentos a la cubeta, existen fartets (no se sabe si de forma natural), objeto de protección.

2 Kommentare:

AndyS hat gesagt…

Me encanta este artículo. Tengo que retomar mi afición por la botánica.

Anonym hat gesagt…

Que buenos recuerdos me trae ese lugar. Hasta puedo oler las hierbas mediterraneas desde el cantábrico.
Yo estudié ingeniero agrónomo, sí, de esos que " antropizan" la tierra jaja, pero nunca he ejercido. Sí que me quedó un cariño hacia la botánica.