Con todo mi dolor metido dentro
me he asomado a la ventana.
All� fuera parec�a que no pasaba nada.
Los �rboles temblaban levemente
y el r�o, aunque charlaba, no explicaba.
Las estrellas fulg�an sin declararse heridas
y la noche parec�a una m�sica callada.
Era mentira. Ya s�. Todo me ment�a,
si no serenidad, indiferencia.
Pero el que yo gritara mis peque�as miserias
ante lo inmenso... �mira! �Qu� verg�enza
creer que mis problemas son cosas medio serias!
No encontraba la paz sino la risa
de un mundo sin sentido y una explosi�n perpetua.
Gabriel Celaya
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