






un aroma que no se separo de nosotras en toda la semana, adsorbido en las meninges como si de una pomada sobre el cerebro se tratara.
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Todos nuestros pasos estaban impregnados de ello, cada una de las clases tenia un fondo común en nuestras mentes. Por las tardes, completamente henchidas las mentes de horas monotematicas, una simple vuelta a la manzana nos llevaba al descanso, a sugerentes recuerdos góticos y renacentistas, a persecuciones del resucitado por las cuestas empedradas.
su piel se cuartea por el tiempo.
Sus dientes y sus dedos se aferran al mar, afilados unos, suavemente redondeados los otros.
Y entre todos ellos, y nosotros, quedan contados vigias.
De ojos tambien color de ocre, y vuelo pesado, es toda una sorpresa ver al noctámbulo cazador al mediodia. Sediento, emprende el vuelo cuando se ve sorprendido por los intrusos.
Es mucho mas frecuente encontrar a los rayados alcahuetes de las flores...