Erase una vez una semana de infarto. Una noche pasada en un despacho, ajustando espacios, máargenes y letras que un ordenador ajeno y una impresora debian plasmar en hojas a doble cara y gráficos y tablas indivisibles. Una semana de comidas frugales, casi de ayuno religioso por la ceremonia del fin de carrera, y noches en vela por unos estudios a punto de morir, y llegar a la gloria no de Dios (cuya existencia forma parte de otra discusión) sino del Ministerio de Educación y Ciencia.
Erase un favor que un amable conserje pudo hacer, permitiendo que todas las copias, 4 y dos más para los amigos y yo misma fueran encuadernadas a contrareloj, sin tener que pagar un duro, y un tutor que se comunicaba con su familia casi por carta, por tenerlo todo a punto para el dia P. No se puede pagar con las cañas prometidas, ese favor.
Erase una powerpoint recalcitrante, que no aceptaba críticas ni cambios, hiciera lo que hiciera insistia en sus errores, y no se dejaba ver en según qué sistemas operativos. Erase una semana pues, de juramentos hacia el señor Gates, y su querido Vista al que no quiero ver nunca más.
Y llegó el gran dia:
la unica forma de que las marmotas (como deciamos hace tiempo, Alpenmumetiers) no lleguemos tarde a las citas tempranas, es no durmiendo y haciendo del café un medio de vida. Siete despertadores por si las moscas, y el coche lleno de combustible, bateria y todo lo necesario; pendrive en la mochila, ordenador portátil por si los moscardones, arreglarse, ducharse, y fumar como una carretera para calmar un hambre que sin embargo impide comer.
Al contrario de lo prometido, en la sala no hay ordenadores (viva mi pesimismo). Tras los minutos necesarios para encender el mio, al que no habia cambiado el fondo, oigo risas del publico, provocadas imagino por la foto del salvapaantallas, una ola hookipeña que no he visto ni creo que vea en mi vida, pero que me encoje el estomago. En fin, palabras de tutor: pon la version (supuestamente arreglada) del disco duro, no la del pen que a veces falla; ok tio. Pero no, no estaba guardado todo, y me debo a la improvisacion. Creo que deberia durar 30 minutos, me parecen 10 y eso por lo rapido que hablo. Los blancos mentales son sustituidos por palabras más o menos isotonas, farfulladas. Como en la guerra, no hay lugar a dar la vuelta cuando nos hemos equivocado de armas, hay que seguir para alante, no podemos dar la espalda al enemigo...
Y va y se termina! y preguntas, y críticas alguna de ellas a mi parecer inconsistente, pero bueno, el tribunal se retira a deliberar y la nota no es para quejarse.
...YA SOY AMBIENTOLOGA!!!!!!
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